Construimos conciencia de género casa adentro y para nuestros socios: la experiencia Heifer Ecuador

La Fundación Heifer Ecuador ha desarrollado una serie de capacitaciones con el objetivo de fortalecer las capacidades del equipo nacional en la perspectiva de género. El personal participó en los talleres ToT para empoderamiento de las mujeres facilitados por Ivania lovo, oficial de Género de Heifer Nicaragua y María Clara Osejo, oficial de capacitación de Heifer Ecuador, durante el mes de agosto. Con esta acción, se suma al esfuerzo de otros países del Área de las Américas que están actuando en el mismo sentido.Los y las participantes han dispuesto su experiencia personal y profesional para alcanzar los mejores resultados en este proceso de formación y han profundizado su comprensión en el enfoque de derechos humanos y particularmente en los derechos de las mujeres.[caption id="attachment_4405" align="aligncenter" width="300"]

Equipo de Heifer Ecuador recibe capacitación en temas de género[/caption]En Ecuador, según cifras de ONU Mujeres

• Los salarios de las mujeres son entre un 13 y un 26% menores que los de sus pares hombres.
• Las mujeres en el área rural trabajan en promedio 23 horas más cada semana que los hombres.
• De acuerdo a las cifras de la Cuenta Satélite del Hogar, en 2014 el trabajo no remunerado de las mujeres en el Ecuador representó el 15% del PIB.

En el tema de violencia contra las mujeres, las cifras alcanzan niveles alarmantes:

• 6 de cada 10 mujeres han experimentado alguna forma de violencia.
• 1 de cada 4 mujeres ha experimentado violencia sexual.
• 9 de cada 10 mujeres divorciadas experimentaron algún tipo de violencia.
• Del total de mujeres que han vivido violencia física, el 87,3% lo ha hecho en sus relaciones de pareja.
• Las mujeres más vulnerables a experimentar violencia tienen entre 16 y 20 años, se han casado o han dejado la casa de sus padres (70,5%).
• En todos los niveles de instrucción la violencia de género sobrepasa el 50%; sin embargo, en las mujeres que tienen menos nivel de instrucción la violencia llega al 70%.
• La violencia de género sobrepasa el 50% en todas las provincias del país.
• Cada 55 horas una mujer es violentamente asesinada en el Ecuador.

Con estas estadísticas, es una obligación como equipo entender la problemática y actuar sobre ella. El tema de género es una necesidad para hombres y mujeres y debe ser una construcción colectiva de una sociedad para la paz.Ricardo Carpio, técnico en cadena de valor del proyecto Manglares manifestó que el proceso fue divertido y las experiencias compartidas permitieron la comprensión de conceptos y entendimiento de los temas de género. “El dinamismo del taller afianzó los lazos profesionales y de amistad mediante el respeto y la actitud de escucha de las opiniones de todas y todos. Cuando cometíamos un error en un concepto, se nos explicó su significado de forma respetuosa para añadir nuevos elementos a nuestros puntos de vista.”

Ricardo recomienda que todas y todos en Heifer Ecuador participemos de este proceso para mirar el mundo desde otro ángulo, tomar en cuenta la realidad y aportar para cambiar las injusticias de género que afectan tanto a mujeres como a hombres. Considera que le ha ayudado a mejorar su forma de expresarse e identificar lenguaje discriminatorio.Ibet Rodríguez administradora del proyecto Páramos nos cuenta que para ella ha sido importante recibir las capacitaciones en género porque “nos sirven para auto evaluarnos en nuestra intervención y ser entes replicantes del proceso de empoderamiento para las comunidades y familias con quienes trabajamos. En lo personal ha sido fundamental para interiorizar los conceptos y experiencias compartidas para una autoreflexión y mejora de la comunicación en nuestro hogar.”

Este proceso de capacitación pretende abrir la puerta de un esfuerzo para entender las circunstancias que provocan las inequidades. El proceso permitió reconocer que para hacer un trabajo integral en los Territorios de Innovación que se desarrollan a lo largo del país, debe estar presente el enfoque de género y que es imprescindible trabajar para develar la naturalización de la violencia y la discriminación. Fue un proceso de sensibilización y de autocrítica tanto para la vida diaria como para nuestro trabajo.